miércoles, 30 de noviembre de 2011

El rey de los deportes...

El Beisbol
El domingo 20 de noviembre del 2011 asistí al juego de beisbol entre Naranjeros de Hermosillo versus Tomateros de Culiacán en el Estadio Héctor Espino. A las afueras del estadio, antes de que iniciará el juego se veía llegar a la afición; las calles las atravesaban muy a prisa; se podía observar personas de todas las edades que llegaban al estadio y algunos hacían filas para comprar sus boletos.
            A las afueras del estadio había personas vendiendo bolsitas de cacahuates, pistaches, dulces, accesorios con el logo de los naranjeros; como bandas para ponerse en la cabeza, cornetas, calcomanías, etc., se veía personas de todas las edades; desde bebés en brazos de sus padres como en los portabebés hasta adultos mayores, ciertas personas dejaban ver su afición naranjera ya que llevaban puestos gorra, camisa y chamarra del equipo de Hermosillo.
            El juego prometía estar bien y divertido; ya que por ser 20 de noviembre se anunciaba un show revolucionario con la mascota “Beto Coyote”; que a mi opinión no fue un gran show ya que nada más la mascota traía un rifle, traje de manta y sombrero de palma con el que parecía campesino y realizaba un tipo de baile con música revolucionaria.
            El estadio Héctor Espino se divide en áreas como bleachers, lateral general, lateral numerado, preferente numerado, central preferente y central numerado, y dependiendo el tipo de área en la que se desea estar durante el juego es el costo del boleto; que oscila entre los 25 y los 175 pesos. Las áreas preferentes cuentan con una malla que cubre a las personas de un pelotazo; mientras que las áreas de precios baratos no cuentan con malla protectora. En los bleachers, que es el área más barata no se cuenta con asientos sino con gradas, que se ven que son muy incómodas.
            El campo se veía que estaba en buen cuidado; aunque en ciertas partes se observa que el pasto esta poco seco, para el lado derecho se encuentra el espacio donde se acomoda el equipo de casa; mientras que por el lado izquierdo se debe acomodar el equipo visitante. Alrededor del campo y en ciertas partes del estadio Héctor Espino se pueden observar varios anuncios publicitarios de compañías como tufesa, el imparcial, norson, teléfonos de México, supermercados Santa fé, periódico expresso, uniformes arrietas, cerveza tecate, oxxo, etc., además al entrar al estadio hay también anuncios de las mismas compañías mencionadas anteriormente, chicas “modelos” que son parte de la publicidad, y hay una tienda donde se venden artículos con el sello naranjero.
            Durante el juego hay personas que andaban por las áreas vendiendo cacahuates, sabritas, cerveza, champurro; hay un señor al cual, por lo que comentaron los compañeros le dicen el “Pípila”; porque vende chocolate y en la espalda se pone el aparato donde trae la bebida; y se les a figura al personaje que se ha construido del campesino que se puso la piedra en la espalda en la Alhóndiga y la quemó. Había personas de todas las edades, y la afición de las personas se puede ver, ya que por ejemplo las mamás que asisten con sus bebés al juego es porque no se pueden perder un juego, además de los que venden botanas y dulces hay personas que anuncian rifas, quinielas y se pasean por todas las áreas del estadio.
            Durante el juego se oyen gritos, las personas se emocionan cuando el equipo saca una carrera, un jugador llega a una base, en las tres bases hay corredor o el pitcher le hace un out a un jugador. El ampáyer es el blanco de la afición; es insultado con palabras como chivo, pendejo, chinga tu madre, etc., a los jugadores cuando les hacen un out los a bullan (buuuuu) pero si sacan carreras son aplaudidos por la sociedad, además ponen un tipo de porra en donde las personas que asisten participa; ya sea moviendo el brazo derecho hacía enfrente o sonando en el piso los pies. Las personas que asisten al juego,  pienso que solo lo hacen por compromiso; porque algunos si estaban atentos observando el juego, mientras que otras personas estaban con el celular, algunos sacaban curas o se la pasaban platicando durante todo el juego.
            El sábado 26 de noviembre asistí a un juego de beisbol que se realizó por la calle de la Reforma cerca del hospital infantil del estado, el partido comenzó alrededor de las 15:00 hora, había muy poca gente y los jugadores aportaban distintos colores en el uniforme; no podía distinguiré cual era el color de cada equipo y no pregunté cual era el nombre de los equipos. Creo que en este partido no se juega por un trofeo, simplemente pienso que lo hacen como una forma de diversión; que si tiene recompensas pero es más la afición por practicar el deporte.
            El estadio donde se realizaba el juego era bonito ya que meses atrás había sido remodelado por parte de las autoridades municipales, cuenta con  pasto artificial, no hay áreas de pago; las gradas son generales y  que tampoco se cobra por asistir al juego; aunque he asistido a otros partidos de béisbol en los que si se cobra; pero una cantidad minima como 20 o 15 pesos. Los jugadores parecían señores entre los 40-55 años, los dos equipos no estaban uniformados y algunos no traían si quiera los zapatos y la ropa necesaria para el juego, había un ampáyer que estaba vestido normalmente; no vestía la ropa con la que frecuencia vemos a los ampayers en los juegos, creo que era una persona que sabía del deporte y que ambos equipos le tenían confianza y lo pusieron a ampayar; además no traía la protección que utilizan en la cara.
            Las personas que asistieron al juego fueron pocas; puedo estimar que había alrededor de unas 50 personas y en su mayoría eran hombres mayores y habíamos pocas mujeres. En el estadio no hay puestos ni ventas de comida como las que hay en el estadio Héctor Espino, solo había una persona que vendía duros con salsa y sodas; que a diferencia también de lo que se vende en el Héctor Espino las cosas son más baratas pero uno tiene que ir hasta donde está el vendedor.
            Alrededor de este estadio de beisbol no hay anuncios de publicidad, si acaso se pueden ver 2 anuncios pero de personas que prestan dinero y uno de plomería. Las personas que asisten al partido se sientan en gradas, son un área no muy grande, creo que caben alrededor de 100 personas y seguramente no son grandes por el poco público que asiste a ver los juegos que se realizan casi siempre los fines de semana.
            Durante el juego no se escuchó música, a los jugadores no se les presenta ni tampoco se les ponía una canción, los asistentes la pasaban casi en silencio; se escuchaban muy pocos murmullos, platicas entre los asistentes y cuando los jugadores sacaban carreras se aplaudía y se le echaba porra al equipo, casi no hubo insultos hacia las personas que estaban ampayando ni tampoco a los jugadores; me ha tocado asistir a otros partidos en donde las personas no respetan a las personas y los insultan ya sea por su condición física o por otra cosa. La afición que asiste a estos juegos es muy poco; como en su mayoría se observan personas mayores pienso que esas personas no tienen la posibilidad de asistir a los juegos que se realizan en el estadio Héctor Espino y son de las que quizás solo tienen la oportunidad de asistir el fin de semana sin generar un gasto.
            Las problemáticas que pienso que se pueden analizar desde una perspectiva cualitativa es sobre las diferencias marcadas que hay respecto a la asistencia de la sociedad en ambos partidos; porque en los juegos de beisbol que se realizan en el Héctor Espino tienen más asistencia de la sociedad de hermosillense y de otros municipios del Estado que los que se realizan en los campos alrededor de la ciudad. Además podría estudiarse la afición de la sociedad; que tan importante es para ellos asistir a un juego de beisbol; que no les importa llevar a los bebés, niños o que algunos adultos mayores asisten a estos juegos, conjuntamente con un estudio de la afición podríamos problematizar si las personas que asisten son realmente aficionados o asisten por quedar bien con los amigos,  etc., y para las personas que realizan los juegos en los campos de la ciudad que tan importante es para ellos seguir jugando; pues es de ahí es donde se forman las ligas infantiles, que son los futuros jugadores.

lunes, 14 de noviembre de 2011

A quien le sobra el pan...le estoy quitando un pedacito


Los Ladrones viejos. Las leyes del artegio.

El documental “Los ladrones viejos. Las leyes de artegio” de Everardo González narra cómo ha sido la vida de unos ladrones profesionales y exitosos, se presenta como y porque se convirtieron en delincuentes, las tácticas que utilizaban para robar, la relación que establecían con los mismos de su camada y con las autoridades; así como ha sido la vida de ellos después de pisar la cárcel.
            El documental presenta a ladrones profesionales como a Efraín Alcaráz “El carrizos”, Jorge Calva Márquez “Fantómas”, Arcadío Ocampo “Xochi”, entre otros; además  se recuerda a ladrones profesionales pero que ya murieron y que con ellos aprendieron y convivieron. Los personajes narran a lo largo del documental sus andanzas; como desde niños por necesidad y después por gusto se convirtieron en ladrones; primero robaban juguetes y posteriormente joyas, dinero, o como el carrizos que robó las fundas de las almohadas de la casa del presidente Echeverría, robaban casas ricas “a quien le sobra el pan...yo le estoy quitando un pedacito", recuerdan los conflictos que se daban entre ellos mismos, como cuando "La Zota" robó 27 mil pesos y no los repartió con "El América".
            Estos ladrones eran admirados por las autoridades; por sus tácticas para robar; utilizaban por ejemplo el goleo, robar carteras; que para unos era “el don de los carteristas”. Detenerlos para las autoridades era un gran logro; como “El carrizos” era un gran ejemplo para ellos y lo querían muerto o vivo. Las autoridades también son participantes en el documental; vemos el lado corrupto, ya que estos los extorsionaban o  se hacían ricos con los tratos que establecían con los ladrones.
       El documental creo que más allá de mostrar a esos hábiles ladrones, retrata un lado sentimental, el lado personal; ya que inicia con la niñez de estos ladrones; como por necesidad o por problemas familiares se convirtieron en ladrones; primero querían los juguetes y como lo relata el carrizos “si yo pasé necesidades a mi familia no le debe faltar nada” y refleja como ellos están pagando por sus errores; “el precio que se paga por ser ladrón”. Más al fondo de todo esto el documental también nos deja ver cómo han cambiado los ladrones y las tácticas que se emplean para dicha actividad, antes no hacían uso de violencia y hoy usan armas o en ocasiones matan para poder robar.
            Desde mi percepción creo que el director del documental utilizó el diseño narrativo; que es el diseño en el que se realiza recolección de información acerca de las historias de vida y experiencias de ciertas personas para posteriormente analizarse y describirse. El diseño narrativo de Ladrones viejos se refiere a la vida de un grupo de personas; en este caso de ladrones profesionales como “Fántomas”, “Xochi” pero se resalta más la historia de vida de “El carrizos”; es como el personaje principal.
            Para Eduardo González el proceso de investigación fue lento ya que le llevó cuatro años en la búsqueda de los ladrones, además realizó investigación en materiales audiovisuales de la época, notas de periódicos y utilizó tomas aéreas de la ciudad.
            La información la registro a través de entrevistas, creo que el mayor problema que tuvo Everardo fue el poco tiempo que se le concedió para estar con los ladrones; dos horas diarias de entrevista durante cinco días y en un lugar muy “pequeño y horrible” (palabras del director), quería sacarlos del contexto de la cárcel y trasladarlos a la ciudad; ya que en el tiempo que han estado presos la ciudad y la sociedad han cambiado pero no se lo permitieron.
     

           

lunes, 7 de noviembre de 2011

La Pintada...un rincón lleno de historia! :)

Práctica de Observación en La Pintada

El día 5 de noviembre de 2011 alumnos de la carrera de historia y de geología de la UNISON realizamos un viaje de campo a la zona arqueológica “La Pintada”; que pertenece al municipio de Hermosillo, a continuación presentó el relato que construí a partir de mis observaciones durante el recorrido.
            Se nos citó en rectoría puntales para no hacer esperar a la coordinadora del proyecto de La Pintada; poco a poco fuimos llegando, el clima no era el de todos los días en Hermosillo, la mañana se sentía muy fría y creo que la temperatura estaba entre 15º y 20ºC aproximadamente, el cielo estaba semi nublado como que iba a llover. Se dio la hora de salir y el camión apenas iba llegando; nos apresuramos a subir todos porque algunos creímos que estaba muy chico y no íbamos a caber. Los de historia nos acomodamos en la parte de enfrente y en la mitad; mientras que los de la carrera de geología se acomodaron en la parte final del camión.
            Estábamos ya casi listos; sólo faltaban unos compañeros que habían ido al baño y mientras llegaban la arqueóloga Eréndira Contreras que es la coordinadora del proyecto subió al camión para darnos unas recomendaciones sobre el recorrido que realizaríamos en la zona, nos pidió disciplina porque era un viaje especial que le pidió el maestro Hiram Félix, además nos dijo que llegaríamos a una tienda autoservicio para que entráramos al baño y compráramos lo que necesitábamos para el viaje (agua, sabritas, café). Los compañeros que habían ido al baño se tardaron alrededor de quince minutos y mientras los esperábamos los demás historiadores comentaban que hacían falta dos compañeros; José Carlos y Rosa.
            Se dieron las 8:00 a. m. y por fin salimos a La Pintada, Eréndira, los arqueólogos y un periodista y un camarógrafo del Imparcial se fueron en un carro aparte; que pertenecía al INAH. Los alumnos que íbamos de la carrera de historia eran 8 mujeres; de las cuales 2 eran de otro semestre y 7 hombres, los compañeros de geología creo que eran alrededor de 14, además del maestro y del chofer. Al momento que salimos (8:00 a.m.) aún no habíamos tenido conversación con los geólogos, sólo nos habían preguntado cuando llegaron ¿Ustedes son los de historia?
            Nos detuvimos en un autoservicio (oxxo) en donde aprovechamos para ir al baño y algunos compraron un café; a la mejor para el frío o para quitarse un poco el sueño, además de comprar agua, sabritas, yogurt, dulces. Estando ahí percibimos que estaba lloviznando; era poco, apenas y se había alcanzado a remojar el suelo. Todos estaban listos salimos con dirección a La Pintada, transitamos por la Carretera Internacional México-Nogales; mientras llegábamos algunos compañeros aprovecharon para escuchar música, comer, leer el periódico, dormir o platicar con los compañeros; pero los murmullos que sobresalían eran los de los compañeros de Historia; eran risas y platicas.
            A las 9:03 a.m. nos detuvimos en un descanso o paradero bajo la sombra de un mezquite; los geólogos a lo mejor estaban enfadados pero gritaron que si podían bajarse; nadie les hizo caso. Algunos pensamos que el camión venía fallando y que por eso nos habíamos detenido, pero fue para esperar a los arqueólogos y poder entrar a La Pintada. Mientras estábamos ahí algunos compañeros de historia platicaban sobre lo que había sucedido en el pasado encuentro de estudiantes de historia en Mazatlán, se reían y comentaban sobre el próximo encuentro, otros preguntaban si el mezquite podía usarse como un remedio medicinal y los geólogos platicaban entre ellos; como haciendo un círculo. Llegaron los del INAH y el chofer los siguió, tomaron un poco de carretera; unos cuantos metros y después agarraron terracería. Los del INAH abrieron una puerta; al estar en el proyecto de La Pintada ellos obviamente tienen un control del sitio para mayor seguridad de la zona arqueológica.
            La vegetación que se observaba era seca; mezquites, choyas y sahuaros y fauna como vacas, liebres y una águila. Antes de llegar a La Pintada pasamos por un rancho; había varias casas y autos; además de herramientas de un vaquero como monturas y varios tinacos que quizás utilizan para transportar el agua para consumo propio y para llevarle a los animales, además nos detuvimos un poco más adelante porque el camarógrafo del Imparcial se bajó a realizar unas tomas al lugar. Nos desviamos hacia otro camino que era más estrecho y el chofer manejó con más precaución, mientas que nosotros aprovechábamos para tomar fotos a los cerros que se alcanzaban a ver y finalmente llegamos a la zona; nos bajamos del camión; eran ya las 9:32 a.m.
            Ya estando todos abajo del camión; seguíamos divididos en dos grupos; cada grupo platicaba por su lado; mientras que los arqueólogos se ponían de acuerdo para el recorrido, se nos indicó que camináramos un poco; fue alrededor de quince minutos y al pasar una puerta se nos pidió que nos dividiéramos en dos grupos. Primeramente se dividió en un grupo de geólogos y otro de historiadores pero se nos sugirió que sería más enriquecedor si los equipos fueran combinados. El equipo uno estaba integrado por 6 geólogos y 10 historiadores (incluyendo al maestro Hiram); además del guía y de la muchacha que iba cuidando que nadie se quedará atrás o se saliera del camino; se nos volvió a repetir que no dejáramos basura en la zona.
            Iniciamos el recorrido y seguimos divididos en grupos, los geólogos iban enfrente con el arqueólogo que nos daría la explicación mientras que los historiadores íbamos en la parte de atrás. La primera parada del recorrido la hicimos en un área que la denominan “campamento estacional”. Aquí se nos dio una explicación general de las áreas de La Pintada que son dos; el campamento estacional y el área rupestre en donde se encuentran las manifestaciones gráfico-rupestres. Además se nos comentó que en la primera área es donde se han encontrado utensilios, artefactos que reafirman que cocinaban o preparaban sus pinturas mientras que en la segunda área observamos las pinturas rupestres.
            El recorrido duró aproximadamente dos horas, algunos geólogos e historiadores tomábamos fotos o grabábamos lo que el guía comentaba ya sea con celular o con una grabadora de voz, y el maestro Hiram realizaba tomas del lugar y del grupo en general; las tomas no fueron nada más durante el recorrido sino en todo el viaje.
            En la primera zona de La Pintada estuvimos alrededor de 30 minutos, después nos dirigimos a la segunda área y aquí es donde pasamos la mayor parte del tiempo. Caminamos primeramente por una banqueta y después empezamos a subir las montañas; algunos lo hacíamos con cuidado para no caernos y otros lo hacían con facilidad, como si ya tuvieran experiencia en subir montañas. Nos detuvimos y el guía nos dio una explicación sobre el tipo de gráfico-rupestres que encontraríamos, además del tipo de pinturas que utilizaban; aquí estuvimos alrededor de 30 minutos; seguíamos divididos. Después bajamos al cañón; que es una zona donde hay una pequeño represo y es esta parte es donde los arqueólogos han trabajado en la preservación de las pinturas; ya que se nos comentó que había grafiti y ellos con material especial lo eliminaron, nos mostraron algunas fotos para que viéramos la diferencia de cómo estaba en total abandono esta área.
Área de campamento (La Pintada)

            Después ahí mismo subimos a una cueva, en donde observamos algunas pinturas; se nos dio explicación y al bajar nos encontramos con el otro grupo; parecía que el otro grupo si se había relacionado entre sí, por la forma en que venían y porque todos se veían en disposición, pero al final preguntamos y los compañeros de historia nos dijeron que no se habían relacionado entre sí. En el cañón y en la cueva estuvimos alrededor de 30 minutos.
            Volvimos al área de campamento y mientras bajábamos  comentábamos que ya teníamos hambre, que el recorrido había cansado; estando en el área volvimos a observar artefactos y una pintura como de una pareja; una compañera comentó “así como si María y Juan estuvieron aquí”.
Arte gráfico-rupestre en La Pintada

            La última explicación fue en un horno que se construyó; las excavaciones que los arqueólogos realizaron les permitieron dar con el, aquí nos reunimos los dos equipos; y se juntaron historiadores y geólogos por su lado, todos aprovechamos para descansar, algunos sacaron su lonche u otros le sacaron el lonche a los demás. Regresamos al camión y Eréndida subió y nos dio las gracias porque durante el recorrido no hubo percances y todo se realizó con buena disciplina, nos recomendó que ingresáramos a una página en internet e hiciéramos comentarios sobre nuestra experiencia en la visita a La Pintada; ya que es una forma de presionar a las autoridades para que inviertan en esta zona.  Salimos rumbo a Hermosillo a las 13:21 p.m., todos cansados y algunos con hambre; el camino lo aprovechamos para dormir la mayoría y finalmente llegamos a Hermosillo alrededor de las 14:30 p.m y todos nos bajamos en rectoría; excepto una compañera más aca de la entrada de Hermosillo; ya que le quedaba más cerca su casa.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Te observo detalladamente...

 

OBSERVACIÓN PARTICIPANTE

Dentro de la metodología cualitativa la observación participante es un elemento importante; ya que se realiza a través de la interacción social entre el investigador y los informantes. Es importante saber que observar no es nada más mirar, esta actividad conlleva mirar pero con atención y detalladamente; es ver de qué manera están las cosas ordenadas o como se están desarrollando.
            La observación participante dentro del diseño de investigación cualitativa es flexible antes y durante el desarrollo del proceso. Para llevar a cabo la observación en un escenario, el investigador debe obtener acceso por parte de los porteros; que son los responsables de una organización; el gerente de una empresa por ejemplo.
            Los escenarios que el observador puede observar son los escenarios públicos y semi públicos, en donde no hay que negociar el acceso con los porteros y otro de los escenarios son los cuasi públicos (privados) que es donde se debe solicitar el acceso con los porteros.
            Ya dentro del campo, el observador debe realizar trabajo de campo como:
·         Interactuar con los participantes; ganarse la confianza de ellos y lograr que se sientan cómodos.
·         Desarrollar estrategias y tácticas de campo
·         Registrar los datos en forma de notas de campo.
En el período inicial la recolección de datos es secundaria; ya que el observador debe conocer el escenario y a las personas; es como un rompe hielo, en esta etapa el observador puede sentirse incomodo, ya que tiene que adaptarse al escenario y debe formular preguntas generales; por eso es importante saber qué es lo que se debe y no preguntar; ya que tenga mayor conocimiento y la confianza de los participantes sus preguntas se van centrando en un foco de su interés.
            En la observación participante el observador se enfrenta a problemas como verse forzado a un rol incompatible con la investigación y que se le diga qué y cuándo observar. Lo más importante para todo investigador es el rapport ; que es establecer una relación agradable con los informantes y para lograrlo se puede ser humilde, interesarse en sus actividades, ayudar, etc., y así poder obtener la información que se necesita; se pueden emplear  tácticas como actuar como ingenuo, estar en el lugar adecuado y en el momento oportuno y que los informantes no sepan exactamente qué es lo que se quiere estudiar.
            Los informantes claves son indispensables en la observación participante, ya que con ellos se establece una relación más estrecha y son como una fuente primaria ya que auxilian al observador en todo lo que necesita y debe evitar a quien obstruye su investigación así como alejarse del portero porque puede que los informantes desconfíen de lo que realiza y negarle cierta información que ellos creen que es confidencial.
             Las notas de campo son necesarias en la observación y deben ser completas, precisar y detalladas; en las notas se debe anotar la fecha, hora, lugar y momento; además de hacer los propios comentarios. En las notas de campo el observador puede trazar sus desplazamientos para que sea más fácil recordar los recorridos, es permitido que tenga un mentor que conozca el escenario (como un informante clave) que lea sus notas ya que puede señalarle temas que se le han olvidado.
            La observación dentro de un proceso histórico es una herramienta que permite desarrollar una descripción de un espacio; es un elemento contextual. El observador-historiador observa el espacio para descubrir las huellas de un grupo social a través del tiempo y así poder dar un sentido histórico; el observador se puede plantear preguntas como ¿Qué es lo que estoy viendo? ¿Cómo era antes lo que estoy viendo?